Atreverse a soñar

¿Qué es lo primero que pensás al despertarte?

Seguramente tus respuestas sean ¿qué día es hoy?, o ¿qué hago despierto?, o directamente abrís los ojos y saltas de la cama porque te quedaste dormido. Puede que seas de esas personas que se levantan estresadas por la cantidad de cosas que tienen que hacer, o simplemente de mal humor por haberse despertado. Puede que seas de esas personas que no importa el día, el horario o el lugar, se levantan ansiosos porque se van a cruzar con el chongo/a en la facultad/trabajo, o porque tienen un plan para ese día que estaban esperando hace meses. O puede que dependiendo el día, seas cada una de estas personas.

Independientemente de tu despertar, siempre hay algo que hace que te levantes de la cama y vivas el día a día. Algo que te motiva, que te impulsa, que te emociona, que te da fuerzas, que seguro te estresa pero sabes que vale la pena, que es un paso más hacia tu meta, que te hace sentir vivo. La razón de vivir. Algo que es casi imposible definirlo con certeza cuando a los 17 años elegimos un nuevo rumbo. La mayoría de nosotros se ha replanteado el laburo que eligió, la carrera que empezó o incluso al estar a punto de recibirse, se dieron de baja porque no es lo querían. No es relevante.

Lo que sí es relevante es que, hagas lo que hagas, siempre tengas un propósito, un objetivo, algo que quieras lograr; algo que puede ir cambiando a medida que vas creciendo y conociéndote más a vos mismo. Ese algo que te moviliza a hacer, a esforzarte, a aprender, a investigar. Ese algo que te hace curioso, que te hace emocionar cuando te imaginas el momento en que lo logres. Eso es lo que verdaderamente importa.

A ese algo me gusta llamarlo sueño. Por que no hay nada más lindo que atreverse a soñar en grande, soñar con logros que parecen imposibles, inalcanzables. Soñar con lo inimaginable, con algo inmenso. Quienes no se atreven suelen marcar a esas personas como ambiciosas. No escuches todo lo que la gente dice: si te atreviste a soñar es porque sos valiente.

Soñar es gratis, solo tenes que permitirte hacerlo, dejar de ponerte límites y excusas que no sirven de nada y confiar en que todo esfuerzo tiene su recompensa.

Si no te da miedo, no es tan inmenso. ¡Atrévete!